Pequeño espacio para el compromiso europeo, gran impulso a la acción local

 “La Europa cotidiana. Piensa a nivel europeo, actúa localmente”

(EUROPE DAILY! Think European-Act Locally)

Cuando hay que enfrentarse a un problema social ya sea en un barrio, pueblo o comarca, muchas veces la acción de las asociaciones locales no resulta suficiente para resolverlo. Estas entidades suelen ser pequeñas y tener pocos recursos en sus bolsillos para afrontar por ellas mismas todo el conjunto de desafortunados elementos que configuran una situación de injusticia. Es por ello que ante tales situaciones la competencia debe pasar a un segundo plano. La cooperación y colaboración entre asociaciones distribuidas en todo el territorio europeo aparece como necesaria.

“La Europa cuotidiana. Piensa a nivel europeo, actúa localmente” sería la traducción de este curso celebrado en el marco del programa europeo ERASMUS+ del 17 al 24 de abril en el parque nacional de los montes Wicklow (Irlanda) . Impresionantes colinas y caprichosos riachuelos fueron el escenario de una estancia de aislamiento, en el que paradójicamente se propiciaron valores como la interconexión, la colaboración y la cooperación entre los 35 participantes.

Atravesando el río unidos por una cuerda. Si cae uno, cae el resto. Foto: Anita Zych

Al curso asistieron trabajadores sociales, profesores y voluntarios de diversas organizaciones, comprometidos con la acción juvenil y procedentes de 11 países europeos. Sumando sus experiencias, entre todos alcanzaban más de 170 años de acción en este campo. Con tanto conocimiento acumulado, no es de extrañar que el diálogo fluyese entre ellos. El intercambio de relatos sobre sus respectivas luchas locales, propició el acercamiento.

Facebook en papel: única red social en un paraje sin conexión. Foto: Anita Zach.

¿Y qué papel tuvo Europimpulse? Nuestra empresa, además de ser socio en diversos proyectos europeos, también es una entidad de formación. En este curso en particular, diseñamos múltiples actividades formativas que buscaban despertar el sentimiento de cooperación y la creatividad entre los asistentes. Y no lo hicimos a la antigua usanza, tal y como se entiende la formación tradicional, sino mediante técnicas propias de la llamada educación no-formal. Así durante toda la semana, llevamos a cabo actividades tanto en el aula como al aire libre a la vez divertidas e inspiradoras.

Algunas de ellas causaron auténtico entusiasmo en los participantes, pues crearon momentos de fuerte empatía e inspiradora conexión. La actividad llamada “librería humana” fue un gran ejemplo de ello. A través de ella cada uno de nosotros puede convertirse en un libro, pues se funda en la idea según la cual “todos tenemos una historia que contar”. Se trata de abrir el baúl de nuestra trayectoria profesional frente a un pequeño grupo de “lectores” que atienden curiosos al libro parlante.

Florence abriendo sus páginas en “human library”. Foto: Europimpulse.

Otro de las estrellas del curso fue el speed-dating. Esta modalidad, tradicionalmente usada para romper el hielo entre desconocidos en busca de una relación sentimental, se ha llevado al terreno de lo social en el ámbito de la educación no-formal. ¿Su funcionamiento? Exactamente de la misma manera a la que estamos acostumbrados, solo que aquí se usan grandes problemas globales como motivo de las citas.

Speed-dating, compartiendo pasiones sociales. Foto: Europimpulse.

Speed-dating, compartiendo pasiones sociales. Foto: Europimpulse.

Tanto la librería humana como el speed-dating son ejercicios ideales para la creación de nexos entre los participantes pues, al hablar de la trayectoria profesional propia, inevitablemente se entra en el terreno personal. El juego que implican ambas técnicas propicia la creación de un espacio seguro en el cual los participantes se sienten cómodos para abrirse. Gracias a la sinceridad generada, la empatía y el sentimiento de conexión surgen.

Este contexto es justamente el necesario para la concepción de cualquier proyecto a nivel europeo en el que se necesiten apoyos entre entidades locales. Después de todo, a pesar de vivir a miles de kilómetros los unos de los otros, los participantes se dieron cuenta de que los problemas que afrontan los jóvenes en cualquier rincón de Europa parecen ser exactamente los mismos. Desde luego, esta experiencia ha contribuido un poco más a la unión entre los Europeos, especialmente de aquellos que confían en la acción a pequeña escala para dar respuesta a problemas globales.

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