- on 18 julio 2016
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ENTREVISTA
Lorena Saiz | Impulsora de ART AS A LANGUAGE y antigua alumna de Europimpulse.
La asociación Berbiquí ha importado fórmulas usadas con éxito en Alemania para la inclusión laboral de discapacitados a través del arte
El proyecto Art as a language ha hecho convivir durante 10 días a artistas españoles y alemanes con discapacidad en la ciudad de Burgos
Muchas limitaciones solo existen en la mente. Como elemento de contestación social, el arte nunca podría prestarse a convenciones sociales limitativas. Al menos, así lo ve la asociación burgalesa Berbiquí. Este año ha llevado a cabo su primer proyecto europeo, Art as a language, que permite al arte convertirse en una poderosa herramienta para romper barreras lingüísticas y prejuicios asociados a la discapacidad. Art as a language ha hecho posible que 8 artistas profesionales con discapacidad procedentes de Alemania convivan y trabajen codo a codo durante 10 días con los usuarios de la asociación Berbiquí. En este intercambio artístico juvenil ha colaborado la asociación alemana Thikwa, entidad que lleva años demostrando que el arte es una oportunidad para las personas con discapacidad.
P: ¿De qué manera se relaciona la actividad de Berbiquí con el arte?
R: Trabajamos el arte como herramienta de inclusión social. Nuestros pilares son la diversidad y la inclusión y lo que hacemos es dar flexibilidad a personas con y sin discapacidad para que puedan acceder al arte. En el caso de las personas con discapacidad, buscamos que tengan una salida a nivel laboral en el ámbito artístico de calidad, que este pueda ser su trabajo. Trabajamos con personas de 3 a 50 años y lo que une a nuestros participantes es el arte.
P: ¿Cómo surge la idea de impulsar el proyecto Art as a Language?
R: Surge porque pudimos conocer con anterioridad el trabajo que Thikwa estaba haciendo, nuestros socios en Alemania. Valorar la posibilidad de que se podía hacer y presentarlo como proyecto europeo no lo vimos totalmente claro hasta que no viajamos a Berlín para ver lo que hacían. Allí nos dimos cuenta de que impulsar este proyecto era posible.
P: Cómo respondieron los artistas participantes?
R: Confiábamos en que la respuesta iba a ser buena. Para nosotros el arte es un lenguaje capaz de romper todas las barreras lingüísticas y las relacionadas con la discapacidad. Los participantes alemanes llevan 25 años como artistas profesionales tanto a nivel plástico como a nivel escénico: ese es su trabajo. Para muchos de nuestros chicos se les ha abierto los ojos al darse cuenta de que existe esa oportunidad. Las familias españolas de las personas con discapacidad que participaron en este proyecto no se terminaban de creer que existiese la posibilidad de darles una salida laboral a nivel artístico. La experiencia ha sido fantástica, muy enriquecedora para las entidades y para los participantes.
P: ¿Cómo se comunicaban los participantes?
R: Por gestos, enseñándoles ciertas palabras. Los talleres artísticos, como estaban tan contextualizados, no daban pie a la confusión. No hacía falta que dijeran “coge la tijera” para entenderse. Venía la prensa y preguntaba por cómo era posible la comunicación y los veían trabajar juntos en los talleres con sus herramientas, sus diapositivas… no hubo ningún problema al respecto.
P: Más allá de las salidas laborales, ¿qué otras aportaciones tiene este proyecto para sus participantes?
R: Se han generado espacios de creación conjunta donde se les ha valorado por lo que pueden hacer, por sus capacidades. Simplemente eran personas creando arte, nadie les etiquetaba por su discapacidad. Se creó una muy buena dinámica de grupo donde alemanes y españoles mostraban respeto mutuo, nadie era más artista que nadie, a pesar de que los participantes alemanes se dedican desde hace años al arte a nivel profesional.
P: ¿De qué manera este proyecto ayuda a romper las barreras lingüísticas y a romper los estereotipos sobre la discapacidad?
R: Una de las cosas que nuestra asociación aporta a Thikwa es que sus usuarios son gente con discapacidad y en nuestro caso hay personas con y sin discapacidad. Además, en este proyecto han colaborado alumnos de la Escuela de Arte y Diseño de Burgos en las actividades. Nosotros no nos centramos en lo que tiene la persona (discapacidad o no) sino en las cosas que hace, sus capacidades. Rompemos con la idea que se tiene de la discapacidad valorando solo la calidad del trabajo.
P: ¿Vuestro proyecto ha despertado interés a nivel local?
R: Ha despertado interés. El Ayuntamiento de Burgos nos ha apoyado mucho, por ejemplo, nos cedió el local donde realizamos las actividades. Por otra parte, para nosotros este intercambio ha servido para poner a Burgos en el mapa nacional y europeo, pues la ciudad tiene mucho que aportar a nivel cultural y artístico.
P: ¿Qué es lo que más te atrae de trabajar a nivel europeo?
R: Yo creo que al final es romper la barrera de la distancia, del idioma y sobre todo compartir con personas que están haciendo labores similares; que al final haya un enriquecimiento con lo que se hace en Berlín y en Burgos. Nos interesa generar redes para que al final todos estemos luchando por lo mismo. También, dar la posibilidad a nuestros chicos de la asociación Berbiquí para que conozcan a gente que hace lo mismo que ellos en otros países y para que abran su mentalidad. Nosotros trabajamos a nivel local, pero hay que sumar granitos de arena para entre todos hacer la playa.
P: Hablando de granitos de arena, puesto que realizaste un curso con nosotros, ¿cuál crees que ha sido la aportación de Europimpulse a tu actividad?
R: El curso me ayudó a bajar el proyecto a tierra, a materializarlo dándole forma. En definitiva, a pasar de una idea que yo tenía al impulso del proyecto a nivel europeo.
P: Estáis pensando en una segunda edición del proyecto?
R: Sí, ya estamos comunicándonos con Alemania. Queremos y vamos a trabajar en ello.